El ejército de Israel siguió bombardeando el viernes la Franja de Gaza. Testigos informaron de ataques en Rafah, una ciudad fronteriza con Egipto y en zonas del centro del territorio palestino. Mientras continúan las agresiones, parece que las posibilidades de alcanzar una tregua con el movimiento islamista palestino Hamás vuelven a estancarse.
El presidente estadounidense, Joe Biden, presentó a finales de mayo una nueva propuesta de acuerdo, que incluye un alto el fuego de seis semanas, el canje de rehenes por presos palestinos y la reconstrucción de Gaza. Desde la cumbre del G7 en Italia, el mandatario culpó a Hamás de bloquear el acuerdo. “Hemos hecho un acuerdo, presenté un enfoque que ha sido apoyado por el Consejo de Seguridad de la ONU, el G7, los israelíes y el mayor obstáculo hasta ahora sigue siendo Hamás que se rehúsa a firmarlo, incluso cuando ellos presentaron algo similar. Veremos si llega a buen término, vamos a continuar presionando, no tengo una respuesta final”, aseguró el presidente Biden.
El temor a que el conflicto se extienda resurgió con los recientes disparos de cohetes y drones contra objetivos militares israelíes que hizo el movimiento libanés Hezbolá, apoyado por Irán y aliado de Hamás. Hezbolá afirmó que estos ataques, que iniciaron el miércoles, son en represalia por un ataque israelí que mató a uno de sus comandantes el martes. El ejército israelí identificó el viernes 35 proyectiles cruzando desde Líbano y que algunos fueron derribados mientras que otros causaron incendios, sin dejar víctimas. Las fuerzas israelíes indicaron haber respondido con bombardeos de artillería y ataques contra infraestructuras de Hezbolá al otro lado de la frontera.