Raúl Hidalgo Zambrano: Crisis I | Columnistas | Opinión



Vivimos entre crisis mediáticas de altos picos iniciales que al poco tiempo se olvidan; crisis recurrentes en ciclos latentes con picos positivos y negativos, y crisis crecientes que inician con bajo interés del público e incrementan con el tiempo hasta llegar a un conflicto armado interno. El sector político es el que más genera las crisis, debido a que sus actores efectúan acciones públicas negativas o dan declaraciones incendiarias a los medios de comunicación o por redes sociales.

Por ejemplo, la crisis política producida por el distanciamiento, sin que se conozcan las razones iniciales, entre el presidente de la República, Daniel Noboa, y la vicepresidenta, Verónica Abad, escaló cuando el presidente nombró a la vicepresidenta embajadora en Israel, alejándola del poder, pero facilitándole para que se ubique en contraposición del Gobierno, ya que hace declaraciones en medios de comunicación nacionales y extranjeros, acusando al presidente de abuso de poder en conducción política e incumplimiento del plan del gobierno.

Las ambiciones políticas

La crisis escaló otro nivel, por la decisión del presidente Noboa de ser candidato para las elecciones del 2025 y la declaración del viceministro de Gobierno, Esteban Torres, de estar buscando mecanismos para que la vicepresidenta no lo reemplace cuando se ausente para hacer campaña; incumpliendo con la Constitución. Esto desató un debate ciudadano y sentimientos negativos por parte de la vicepresidenta Abad al decir que, de llegar al poder, revisará la ley del IVA, la eliminación de los subsidios de combustibles y si están bien o mal los procesos judiciales contra Correa, Moreno y Lasso. La crisis sigue escalando porque la fiscal general del Estado, dentro del caso del hijo de Abad por tráfico de influencias, reformuló el delito a concusión y ha solicitado a la Corte Nacional de Justicia el trámite para el procesamiento de ella.

Sobrevivientes

La crisis de seguridad es un ejemplo de una deficiente gestión, por lo que escaló a conflicto armado interno por los altos niveles de homicidios, para enfrentar el presidente con el decreto 111 (09/01/2024) declaró a los grupos organizados criminales armados no estatales como el enemigo, logró inicialmente disminuir los homicidios y permanece en el control de las cárceles. Sin embargo, los homicidios relacionados con la violencia del narcotráfico están incrementando.

En la crisis política, las Fuerzas Armadas han sido mencionadas varias veces por la vicepresidenta como garantes de la democracia. En otras crisis están siendo utilizadas como un recurso infinito y omnipresente para controlar la minería ilegal, el contrabando de combustibles, la delincuencia, etc. ¿Su alta reputación estará jugando en contra? ¿Qué pasará cuando tengan que cumplir con la defensa de la soberanía y territorio?

El presidente, para tomar el control de la ciudad de Manta-Manabí, decidió desplegar al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y al Comando de la Policía Nacional, aplicando una estrategia de mando móvil contraria a la centralista. Las informaciones oficiales dicen que disminuyeron los homicidios y las redes informan del incremento en otros lugares.

En resumen, vivimos entre crisis generadas por la política. (O)

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *