Casi todo en la vida gira en torno al dinero, y justo eso nos hace menos humanos y nos aleja de nuestra misión de vida, que es ser mejor persona cada día y ser útil a la sociedad. Pero para eso se requiere una dosis de disciplina y no obsesionarse tanto por el futuro. Vemos todos los días a personas que dejaron de ser honestas y tiraron a la basura su carrera, su antigüedad y el prestigio de su apellido.
Defraudación tributaria
No hagas algo que te daría vergüenza si la sociedad se llegase a enterar. Para complementar la educación financiera, esta tiene que desenvolverse en un marco ético apegado a las leyes y sanos hábitos de una sociedad productiva y pujante. De lo contrario, padecerá un torbellino de preocupaciones, como ¿cómo consigo más dinero?, ¿cómo gasto menos sin ser tacaño con los seres queridos?, ¿quién me garantiza poder pagar una deuda hipotecaria a 25 años plazo o pagar la cuotas de un vehículo a 5 años plazo? y ¿qué pasa si pierdo el empleo o esa utilidad extra? Estas personas comienzan a vivir en el futuro en lugar de disfrutar del presente y terminan con problemas estomacales y falta de sueño, por el mal manejo de las emociones financieras, recurriendo a pastillas o bebidas espirituosas para escapar momentáneamente de las preocupaciones o pensamientos repetitivos. Es importante vivir un día a la vez, valorar nuestro entorno y buscar la felicidad sin condicionarla a coleccionar cosas materiales transitorias. Recordemos que con dinero deshonesto podrá comprar la mejor cama del mundo, pero no podrá conciliar el sueño.
Gasolinas y acuerdos: difícil, pero necesario
No existe nada más preciado en la vida que vivir en paz y ver a tus seres queridos sanos y viviendo en armonía, que tener llenos los bolsillos y escondiéndose de la justicia para luego utilizar ese mismo dinero en intentar defenderte con abogados. ¿Vale la pena vivir así?, pues simplemente eso no es vida. (O)
Gunnar Lundh Iturralde, periodista, Guayaquil