Los pasos típicos de un aspirante a autócrata


La propuesta de Rodrigo Chaves de un referéndum que, expresamente lo dijo el 2 de mayo y lo repitió este 5, pretende ignorar totalmente el Congreso, pasar sobre él, despreciando la función esencial que cumple en las democracias, como contrapeso imprescindible, precisamente, para cualquier intento del Ejecutivo por aumentar y abusar peligrosamente del poder que el sistema le otorga.

E igualmente grave, o quizá peor, desvirtuar la función de vigilancia en la correcta aplicación de las leyes, que la Contraloría, como ente técnico, no político, cumple, dichosamente, en las verdaderas democracias.

Los seguidores de Chaves, hipnotizados por su verba, engañosa y populista, apoyan ciegamente, con irracional fanatismo, la propuesta, sin comprender el daño que se le hace a nuestra democracia ejemplar en el continente, y las condiciones que ellos mismos y sus hijos han disfrutado sin valorar.

La ignorancia y la falta de pensamiento crítico y de escolaridad es el terreno abonado donde se nutren, precisamente, las dictaduras (aún resuena el eco de aquel “Muera la inteligencia” de Millán Astray en nuestro continente y más allá).

Y este gobierno ha dado claras muestras en contra de la educación, que otrora fue pilar fundamental de nuestra vida ciudadana en democracia: ataque permanente a las universidades públicas, recorte presupuestario al programa de becas, a los comedores escolares, al transporte escolar y a la red de cuidado infantil, y, con una mal llamada ruta de la educación, que más parece un laberinto, y no un camino que lleve claramente a buen puerto.

En este lamentable panorama ya está anunciado por Hacienda que para el año entrante habrá una reducción de ¢65.000 millones para el rubro de educación. ¿No afectan a esta gente, en su mayoría de un nivel económico menos favorecido y de poca escolaridad, estas políticas de su “admirado” gobierno?

La falta de oportunidades, todos sabemos, es el caldo de cultivo que propicia la delincuencia y el narcotráfico por el que este mismo pueblo clama para que “su presidente” lo combata. Pero el gobierno no solo no tiene soluciones claras ni manifiesto interés en aplicarlas; por el contrario, con estas actuaciones, las está empeorando.

Lamentablemente, la misma ceguera, diríase semirreligiosa, que se les ha infundido les impide ver estos efectos que inevitablemente tienen que estar perjudicándolos. La historia de Costa Rica con su democracia, a pesar de sus deficiencias, siempre corregibles dentro del mismo sistema, no merece un destino como el de otros países de nuestra área que algunos desearían.

¿Como abrir los ojos a esta masa para que comprenda que estas políticas las perjudican? La respuesta es educación y más educación, lo cual, precisamente, es lo que se les está negando.

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El autor es catedrático de la UCR.

18/04/2024   San Juan de Chicuá. Fotografías conceptuales de maestros y estudiantes escolares en la Escuela Emilio Robert Brouca. Foto: Rafael Pacheco Granados

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