La venganza de Galatea | La Nación


Una sueca, radicada en Estados Unidos, se propuso en el 2011 hacer todo lo que estuviera en sus manos para parecerse a la Mujer Maravilla, y se ha sometido a más de 200 cirugías estéticas para lograrlo.

La cantante brasileña Anitta se enorgullece de afirmar que toda su cara “es mentira”, que ella llevaba a los cirujanos fotos alteradas con Photoshop sobre cómo quería quedar. Por otro lado, asegura que no es defensora de las cirugías, sino de que cada quien sea lo que quiera ser.

Hace unos meses, leí un artículo, primero con curiosidad y luego con terror, sobre una de las cirugías plásticas más populares entre los hombres: hacerse más alto.

El procedimiento consiste en romper los fémures e insertar unos dispositivos entre ambas partes de las piernas rotas para que, al cicatrizar, se controlen a distancia los milímetros que van a agregarse a la persona. El resultado va de los 8 a los 12 centímetros y el período de recuperación, de los 6 a los 8 meses.

¿Quién puede darse el lujo de dejar de trabajar 8 meses con el único propósito de verse más alto? ¿Cuánto es posible sacrificar para ser de determinada manera? ¿Es tan insoportable una vida siendo 8 centímetros más bajo?

En Las metamorfosis, de Ovidio, se cuenta el mito de Pigmalión, rey de Chipre obsesionado por casarse, pero bajo una condición: con la mujer perfecta.

En medio de su frustración y desvarío, se dedica a esculpir estatuas de su mujer ideal, hasta que da con una lo suficientemente digna de ser amada, y la llama Galatea. La diosa Afrodita se compadece de aquel rey y da vida a Galatea. Las palabras de la diosa a Pigmalión siguen siendo tan tentadoras como entonces: “Mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado”.

El año pasado, la cirugía plástica alcanzó más de $800 millones de ingresos y los países que lideran el ranquin son Estados Unidos y Brasil. Según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética, en el 2023 hubo 12,8 millones de cirugías y 175 millones de procedimientos estéticos no invasivos.

Algunos cirujanos coinciden en que muchas de sus pacientes actúan alentadas por sus novios y esposos, que quieren que ellas se vean (¿sean?) de determinada forma. Pigmaliones del siglo XXI. ¿Solo lo que se ajusta al estándar de belleza es amable? ¿Esos Pigmaliones son tan perfectos como las Galateas que pretenden?

En el fondo, la respuesta la sabemos: la belleza de lo verdadero es insuperable y a una imagen hechiza corresponden amantes igualmente falsos. El valor de la persona no se mide en función de cuánto mejor oculta el paso de los años o adquiere una forma impostora que le roba la identidad.

La venganza de Galatea será no corresponder al amor de Pigmalión, el que todos descubramos que no valemos por cómo nos vemos, sino por quienes somos.

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El autor es internacionalista.

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