Murió el escritor y cineasta Edgardo Cozarinsky



El escritor y cineasta Edgardo Cozarinsky murió a los 85 años. Fue autor de más de veinte títulos entre los que se cuentan La novia de Odessa, Lejos de dónde y Dinero para fantasmas.

Se trató de un artista de muchos lenguajes (la prosa y el cine, para empezar, con todos sus géneros incluidos), quien residió por décadas en Francia y tomó el desafío de regresar al país para volver a adueñarse de una ciudad que es central a su sensibilidad. Además de su prolífica obra, Cozarinsky perteneció al grupo de colaboradores de la revista Sur.

Cozarinsky tuvo un punto de quiebre en su vida que precipitó su destino de escritor. Según refirió en varias entrevistas, en 1999 lo internaron por una infección de disco y le diagnosticaron un cáncer. Vivía, todavía, en París, donde se había instalado en 1974. La cercanía de la muerte lo empujó a escribir y desde entonces, como abducido por ese imperativo privado, publicó uno o dos libros por año, en géneros como novela, cuento y ensayo breve, o en ese género propio que no tiene un nombre preciso y que él llevó a su punto extremo: una mezcla virtuosa de recuerdo, elegancia, erudición, ironía y modestia.

“Le pedí a una amiga que me llevara papel y lápices y comencé a escribir el borrador de La novia de Odessa. De ahí vino también la decisión de desprenderme de las ocupaciones puramente alimenticias que tenía y organizar mi tiempo y mi economía de manera que pudiera dedicarme totalmente a escribir”, contó.

Hasta entonces era el autor de un libro de culto Vudú urbano, que sedujo a escritores como la estadounidense Susan Sontag y el cubano Guillermo Cabrera Infante, y tenía una profusa obra cinematográfica como director y guionista, en la que se destacan La Guerre d’un seul homme (La guerra de un solo hombre, 1981), la adaptación de un cuento de Borges, Guerreros y cautivas (1988) y Fantômes de Tanger (Fantasmas de Tánger, 1997), entre otros films.

Dos de los cuentos que integran La novia de Odessa (2001) los escribió mientras estaba internado en un hospital parisino. Desde entonces publicó más de veinte libros, entre cuentos, ensayos y novelas, como El pase del testigo (2001), El rufián moldavo (2004), Museo del chisme (2005), Tres fronteras (2006), Lejos de dónde (2009), Dinero para fantasmas (2012), Dark (2016) y En el último trago nos vamos (2017), libro con el que obtuvo el Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez en 2018.

El estilo de Cozarinsky tiene el doble encanto de ser al mismo tiempo muy elocuente y muy preciso: sus frases transmiten emociones profundas (la melancolía es una de ellas, quizás la más destacada) pero generan el efecto de que no se podría haber llegado hasta ahí con otras palabras. Parece fácil pero no lo es.

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