¿Cómo y por qué certifica la ONU los registros de temperaturas extremas?


Ginebra. El supuesto “error” del instrumento de medición que registró una temperatura récord en Nueva Delhi confirma la aproximación cautelosa y sistemática de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en la certificación de las observaciones de fenómenos climáticos extremos.

Esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Ginebra, certifica los registros de temperatura, así como lo hace con otros fenómenos como los rayos, la duración de los tifones o la altura de las olas. Sin embargo, ¿cómo y por qué lleva a cabo estos análisis?

Certificar un récord de calor suele ser un proceso que lleva varios meses. Inicialmente, la OMM se pone en contacto con el servicio meteorológico del país en cuestión y la entidad específica que registró el supuesto récord para recopilar los datos brutos y obtener detalles sobre el lugar exacto de la observación, el tipo de equipo utilizado y las condiciones meteorológicas regionales.

La Comisión de Climatología de la OMM, junto con el relator del organismo para los fenómenos meteorológicos extremos y el clima, Randall Cerveny, realiza una primera evaluación del valor medido y los datos adjuntos. Posteriormente, un comité de expertos en ciencias atmosféricas examina minuciosamente los datos.

Finalmente, el relator emite un criterio definitivo basado en la recomendación del comité de expertos.

En 2005, Randall Cerveny estaba viendo imágenes del huracán Katrina que devastó Nueva Orleans y fue sorprendido por un comentario repetido por los periodistas: “es el peor huracán de la historia”.

Cerveny, especialista en ciencias atmosféricas y profesor de Geografía en la Universidad Estatal de Arizona, sabía que esto no era cierto. Katrina provocó más de 1.800 muertes, mientras que un ciclón en 1970 dejó al menos 300.000 muertos en lo que hoy es Bangladés.

En respuesta, en 2006, el experto publicó un artículo científico exigiendo la creación de una base de datos mundial y oficial sobre los registros climáticos.

Un año después, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) le encargó crear una base de datos que recopilara registros mundiales, hemisféricos y regionales de diversas condiciones meteorológicas extremas, como temperatura, lluvia, ráfagas de viento, altura de olas, duración de rayos, y el número de muertes atribuidas a fenómenos meteorológicos.

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el clima está cambiando más rápidamente de lo que se temía, y la actividad humana es la principal responsable de este fenómeno.

La razón principal para homologar los registros climáticos, según la OMM, es determinar con precisión la magnitud y el ritmo del cambio climático mundial.

Además, es “sumamente importante conocer los extremos meteorológicos y climáticos para los sectores de la salud y la ingeniería civil”, como señala Cerveny en un boletín de la OMM. Por ejemplo, un arquitecto necesita conocer la velocidad máxima a la que puede soplar el viento al diseñar un puente.

Avanzar en el conocimiento científico y evitar la exageración de ciertos eventos climáticos por parte de los medios de comunicación son otros motivos importantes para contar con un registro internacional fiable.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó a fines de enero el récord de temperatura de 48,8 ºC en Europa, alcanzado el 11 de agosto de 2021 en Sicilia.

En años anteriores, la OMM validó un récord de temperatura para la región Antártica de Argentina, registrando 18,3 ºC en 2020, lo que evidencia los impactos del calentamiento global en esa zona. Sin embargo, la organización rechazó otro dato más alto, de 20,75 ºC, reportado el mismo año en una estación brasileña de vigilancia automatizada del permafrost en la isla Seymour.

La OMM también tiene la capacidad de revisar registros anteriores a la creación de su base de datos en 2007.

Un caso notable es la investigación realizada durante dos años en condiciones peligrosas durante la revolución libia de 2011 sobre el récord mundial de calor de 58 ºC medido en 1922 en El Azizia, en la actual Libia. Este récord fue invalidado debido a un error de lectura realizado por un “observador nuevo e inexperto”.

Desde entonces, la estación estadounidense de Furnace Creek, en el Valle de la Muerte, ostenta el récord mundial de calor, establecido el 10 de julio de 1913: 56,7 ºC.

Por otro lado, la temperatura más baja conocida en la Tierra (-89,2 ºC) se registró el 21 de julio de 1983 en la estación de Vostok, en la Antártida.

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