Una mirada a América Latina desde diferentes prismas

En sus páginas, leemos los análisis de quienes a través de la política pública y su pensamiento han moldeado nuestra historia reciente, por citar algunos, Moisés Naím, Laura Chinchilla, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.

Cada capítulo lleva su ritmo, ese que impone quien se sabe un buen conversador, como Andrés; cada entrevista nos deja un aprendizaje y nos conduce a la reflexión sobre los cambios geopolíticos que enfrentamos, los desastres naturales, el narcotráfico, la lucha contra la pobreza, las desigualdades, las migraciones, la defensa de los derechos humanos, los sistemas democráticos y el surgimiento y la amenaza de los populismos y autoritarismos en nuestros sistemas democráticos.

Se trata de comprender mejor hacia dónde caminamos, cómo funciona el péndulo del poder en el siglo XXI, del porqué, después de tanta sangre derramada, injusticias, guerras y guerrillas, seguimos afrontando retos como humanidad, con indicadores socialmente inaceptables en una región con más de 180 millones de personas que no cuentan con ingresos para cubrir sus necesidades básicas y 70 millones que no tienen ingresos para adquirir la canasta básica, según la Cepal.

Siempre he sostenido que si las democracias modernas quieren sobrevivir y fortalecerse no pueden permanecer indiferentes al hambre, la exclusión, la desigualdad y la discriminación.

El servicio público debe estar acompañado de una ética irrenunciable, que involucra la inteligencia y la razón. Por ello, contar con este vasto libro, de más de 900 páginas, nos permite hacer ese recorrido por América Latina, nos facilita comprender que hay dinámicas perversas que ponen en peligro la ansiada madurez democrática y el crecimiento sostenible, porque somos una región con enormes riquezas, aunque fragmentada ideológicamente.

Estoy segura de que no es casualidad que el libro haya visto la luz en Oxford y lleve el sello de justicia impregnado en sus letras, dado que es en la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI, por sus siglas en inglés) en donde la vida me llevó a coincidir con Andrés, y en esas paredes se respira el deseo de transformar sociedades. Nadie sale indiferente a sus enseñanzas.

Aprendimos de Amartya Sen, quien siempre nos recuerda que la pobreza es una de las mayores formas de violencia que existe, de ahí la gran importancia de combatirla de la manera más correcta y eficaz posible, con el fin de garantizar la protección de los derechos humanos a todas las personas, en su amplia diversidad.

En OPHI, nació el método Alkire-Foster, desarrollado por Sabina Alkire y James Foster, como instrumento para la toma de decisiones en política pública, para forjar un mundo con menor pobreza, para comprender las causas estructurales que llevan injustamente a millones de personas a vivir sin tener sus necesidades básicas satisfechas. Sabina guía a cientos de países a sumarse a este anhelo de una vida más digna para la humanidad.

La oportunidad de comprender que siempre se puede mejorar la calidad en la toma de decisiones con datos certeros, que impacten miles de vidas de forma positiva, no debemos perderla, sino encender las luces largas, diseñar políticas de Estado que perduren, porque el centro de toda decisión siempre debe ser la persona.

Andrés, una vez más, nos incita al análisis, conjunta mentes brillantes, desnuda nuestra desangrada América Latina y nos asigna la tarea de leer y releer para continuar construyendo progreso y paz social.

La autora fue vicepresidenta de la República del 2014 al 2018.