En un mundo donde la libertad de expresión se enfrenta a constantes amenazas, nos erigimos como defensores incansables de este derecho fundamental. Consideramos que la libre expresión es el pilar sobre el cual se construyen sociedades justas y democráticas. Es la voz del individuo que clama por la verdad, la justicia y la igualdad. Nos comprometemos a resistir cualquier intento de sofocar este derecho, ya sea por parte de gobiernos autoritarios, instituciones opresivas o fuerzas que buscan perpetuar el status quo.
Nos negamos a ser silenciados por los sistemas que buscan coartar nuestra capacidad de pensar y expresarnos libremente. Entendemos que la verdadera libertad no se otorga, se conquista. Por ello, nos alzamos en solidaridad con aquellos que enfrentan la censura y la represión en todas sus formas. Creemos que la diversidad de opiniones y la libre discusión son esenciales para el progreso humano. Por tanto, rechazamos cualquier intento de imponer una única narrativa dominante y defendemos el derecho de cada individuo a expresar sus ideas sin temor a represalias.
Nos inspiramos en la valentía de aquellos que han luchado y siguen luchando por la libertad de expresión en todo el mundo. Reconocemos que este derecho es frágil y requiere de nuestra constante vigilancia y protección. Nos comprometemos a resistir cualquier intento de limitar nuestra capacidad de cuestionar, criticar y disentir. En la batalla por la libertad de expresión, no hay espacio para la indiferencia. Nos levantamos como guardianes de la democracia, dispuestos a defender con determinación y coraje el derecho de todos a ser escuchados.