El reino del revés | La Nación


La cantautora argentina María Elena Walsh, en su canción El reino del revés, describe un mundo donde “nada el pájaro y vuela el pez”, una metáfora perfecta para nuestro mundo lleno de angustia y temor, que inexplicablemente premia el terror y condena a futuras generaciones al sufrimiento.

El 7 de octubre, militantes de Hamás mataron a más de 1.300 personas en unas pocas horas, además de violar, secuestrar (aún hay 133 en esa situación) y quemar vivas a personas. El disfrute de sus atrocidades lo filmaron y publicaron en las redes sociales. En respuesta, países como España, Irlanda, Colombia y Noruega procedieron a reconocer un Estado palestino, premiando así el terrorismo.

¿Será que tal vez ETA cometió pocos atentados para lograr tener su país vasco? ¿O Al Qaeda, con sus atentados contra las Torres Gemelas, no mató suficiente gente ni sembró suficiente terror para que el mundo pida que se le trate con piedad? ¿Se quedaron cortos en este mundo al revés? O serán también ahora inspiración para los kurdos que piden tener su Estado, incluso acordado por las naciones, pero que se les niega aún.

La historia de este Estado palestino es muy simple. No existe porque los mismos palestinos nunca lo quisieron. En 1948, la ONU propuso dividir lo que quedaba del mandato británico en Oriente Próximo (ya le habían entregado dos terceras partes a Jordania) para crear dos Estados, uno judío y otro árabe. El Estado judío lo aceptó. El mundo árabe (no se hablaba de palestino en ese momento porque no existía) dijo que no, y comenzó la guerra.

Pero notablemente, matanzas de judíos ya habían ocurrido, como la de Hebrón en 1929. ¿A qué Estado judío se oponían si no existía? ¿O era solo el hecho de matar judíos lo que querían, igual que el nazismo pocos años después?

En 1964, tres años antes de que Israel tomara Gaza y Cisjordania en la Guerra de los Seis Días, crearon la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). ¿Tenían la bola de cristal para saber que Israel iba a ganar una guerra que los países árabes iniciarían unos años después, e iba a tomar esos territorios? ¿O lo que querían era liberar toda esa tierra y destruir el Estado judío (como los que corean hoy “desde el río hasta el mar”)?

Tras la Guerra de los Seis Días, en 1967, Israel propuso devolver territorios a cambio de paz, pero fue rechazado con los famosos tres noes: no a la paz, no a las negociaciones, no al reconocimiento de Israel.

También rechazaron las ofertas en el 2000 que fueron consensuadas en Camp David y luego Arafat se arrepintió. O en el 2005 (cuando Israel se retiró totalmente de Gaza).

Cantidad de oportunidades desperdiciadas porque no quieren dos Estados, sino uno solo, y destruir al único Estado judío, en el cual la población árabe crece (¿genocidio?), ocupa posiciones de liderazgo como jueces de la Corte Suprema, diputados y tantos otros (¿apartheid?). Por cierto, ¿pueden mencionar algún Estado árabe donde un judío pueda ser algo así?

También en estos días, el fiscal de la Corte Penal Internacional pide la captura de un criminal sanguinario como Sinwar, líder de Hamás, junto con la del líder de un país democrático que debió salir a defender a su población de un ataque que lo único que quería era matar y destruir. ¿En serio son lo mismo? ¿No vemos esto como el reino del revés?

Es como si en los juicios de Núremberg hubieran sentado en el banquillo de los acusados a los líderes nazis junto con Churchill y Roosevelt por el bombardeo en Dresde, donde murieron cantidad de civiles, en una guerra iniciada por el gobierno nazi. O a Bush y Obama, por perseguir a Al Qaeda o al Estado Islámico y el terror que sembraron.

Vemos un mundo donde líderes de universidades (tanto alumnos como autoridades) condenan al único Estado judío y piden cortar relaciones, pero no dicen nada de hacerlo con países como Irán, que discrimina a la mujer o mata a sus poblaciones LGBT.

No sé si estos grupos saben que el único lugar en todo Oriente Próximo donde se hace un parade, de los más grandes del mundo, es Israel, el único que permite la libertad de género en todo Oriente Próximo. O tampoco se quejan de Rusia, culpable de la deportación o secuestro de casi 20.000 niños desde el comienzo de la guerra con Ucrania.

El mundo de hoy realmente me asusta. ¿Tendremos que sufrir más Torres Gemelas, más Atochas, más Charlies Hebdos para que entendamos que el terror se combate y no se premia?

Mientras tanto, los judíos debemos seguir enfrentando grupos que nos quieren destruir, que nos quieren matar. Lo hicieron los egipcios, los persas, los romanos, los cruzados, los inquisidores, los cosacos, los nazis y ahora los terroristas de Hamás, Hizbulá y otros patrocinados por Irán.

Como en tantos otros momentos, debemos seguir enfrentando el odio y mostrando al mundo la verdad. Quizá cometiendo errores (no hay guerras justas). Pero hasta el 6 de octubre había un alto el fuego y negociaciones de paz con varios Estados árabes. Ya sabemos qué fue lo que produjo el cambio.

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El autor es expresidente de la ONG B’nai B’rith en Costa Rica.

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