Un informe publicado el lunes por el periódico paraguayo El Observador y reproducido por Eduardo Preve revela que el narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y el paraguayo Miguel Insfrán no solo se dedicaban al tráfico y acopio de drogas, sino que ambos coordinaban entregas de armas, ejecuciones y desapariciones de cuerpos.
El diario transcribe fragmentos de la acusación de Deny Pak, fiscal del caso, en los que se puede apreciar de qué manera ambos delincuentes se apoyan en los distintos ilícitos que cometen.
Así, en una de las conversaciones entre ambos, el uruguayo le escribe a Insfrán:
“Pásame token y contacto y hago coordinar la entrega
750? Decile al contacto q acepte mi bro
Que ya le enviaron solicitud”
Posteriormente, en agosto de 2020, Marset vuelve a comunicarse con el paraguayo de esta manera:
“Me parece q hay q cambiar todo y preparar nosotros mismos las cosasmi bro
Esa va a ser la solución
Cortar el lazo
Sino nos vamos a meter en problemas
Nosotros hacemos nuestras cosas y nos beneficiamos de lo nuestro
Y los demás no hacen nada y envidian lo nuestro
Tenemos q vernos otra vez
Cambiar la estructura
Y que nadie sepa mi bro
Nosotros vamos a cuidar nuestras cosas mejor q nadie
Y no se nos va a filtrar información
A ninguna parte
Nosotros como te digo, no necesitamos ni hablarnos y ya sabemos loquetenemos q hacer
Yo te colaboro en todos los gastos acá para galpón y lo q sea mi bro
Y que sepa solo gente de tu confianza
Ofrécele a la gente está dinero para que te digan quien es quien está dando información nuestra
Si quiere trabajar no va a entregar la empresa mi bro y si fuera x el judiome pide una empresa de él.”
Y unos días después, el 14 de septiembre, le decía:
“A ver qué día quiere meter allá en la lata
Mi bro y lugar para desaparecer un cuerpo tenemos? Meterlo en Ácido o en cal
Mañana te cuento bien
Te vas a sorprender (seguido emoticones de risa)
Mañana hablamos bien
Capaz ya voy con el cuerpo conmigo (seguido emoticones de risa)
Siempre hay q estar un paso adelante mi bro
Nadie nos puede hacer daños”.
Días después, insistía: “Lo tiraron en un campo, va a aparecer en estos días, saldrá en las noticias”, en relación a un homicidio cometido en nuestro país. Jornadas más tarde se encontró el cuerpo calcinado de un recluso fugado del Comcar en la zona de Colonia Nicolich.
Y, en octubre del mismo año, Marset le comentaba a Insfrán que había matado a alguien “con dos buenos tiros” cerca del domicilio del paraguayo, pero que la víctima había conseguido saltar del auto. “Mi bro, le di un tiro y se tiró del auto. Ahí cerca de tu casa. Fíjate. Espero que haya muerto. Lo llevaba convencido y lo iba a matar ahí llegando y se tiró, mi bro. Pero le di dos buenos tiros. Pero cayó muerto me parece”.
La investigación
La Fiscalía de Paraguay comprobó que Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, hoy detenido, lideraba una red delictiva en ese país, y tenía relaciones delictivas con el narcotraficante uruguayo que se encuentra prófugo.
La acusación, de 700 páginas, indica que Insfrán lideraba una red de narcotráfico y lavado de dinero, en la que también intervenía Marset.
“Por una parte, está el grupo criminal liderado principalmente por Sebastián Marset y, por la otra, el núcleo de Miguel Ángel Insfrán Galeano conformado por integrantes de su familia y gente de su confianza, y por último se encuentra la facción criminal extranjera, específicamente de Bolivia, la cual se encargó de proveer a las agrupaciones ilícitas unidas en Paraguay, la sustancia estupefaciente consistente en clorhidrato de cocaína”, dice la acusación, según recoge el portal Ámbito.