El Barcelona se harta de Xavi | Fútbol | Deportes



El Barcelona está atrapado en un subibaja deportivo, pero sobre todo emocional. Este estado de permanente ciclotimia ha generado un desgaste que deja a Xavi Hernández en el punto de mira, prácticamente con un pie fuera del Barça. “Todos conocemos este club. Nunca se sabe lo que puede pasar”, alertan desde la cúpula del club catalán. Ocurre que el hartazgo con el entrenador ya no es solo político sino también futbolístico: sin unión en el mensaje institucional, que no es uniforme, ni resultados en el campo. El entorno de Xavi, por ahora, mira para otro lado. “Nadie nos ha dicho nada”, subrayan. El departamento de comunicación del club apuesta por la paciencia: “No hay nada. Todos rumores y demasiado ruido”. Sin embargo, ya no hay directivo ni ejecutivo que confíe en el entrenador.

No es nueva las diferencias de criterios entre Xavi y los responsables del club. De hecho, el presidente Joan Laporta nunca estuvo convencido de su contratación. Sin embargo, en noviembre de 2021, tras despedir a Ronald Koeman, el Barcelona necesitaba un inflador emocional para regatear una crisis institucional. Fue entonces cuando llegó Xavi para tomar las riendas del equipo. En un principio, el técnico aspiraba a una función de mánager que le permitiera tener el control de diferentes áreas del primer equipo. No se le permitió. Logró, en cualquier caso, confeccionar un cuerpo técnico a su medida, protegido por su gente de máxima confianza. “No entiendo cómo Xavi después de tantos años en el fútbol no ha podido convencer a un jugador de primer nivel para sumarlo a su cuerpo técnico”, se sorprendían, en su momento, desde los despachos.

Pero Xavi, de entrada, funcionó. Primero como escudo, luego como entrenador: segunda posición en la liga en la temporada 2021-2022, campeón en la 2022-2023. “Fue prácticamente un milagro haber quedado segundos en la primera temporada”, celebraban desde el staff técnico. Ya sin palancas –el eufemismo que hizo famoso Laporta para explicar la venta de activos del club–, el verano pasado el equipo campeón no pudo salir al mercado con fuerza, más allá de las cesiones de Félix y Cancelo, más la incorporación de jugadores veteranos libres como Iñigo Martínez y Gündogan. La única inversión fue la de Oriol Romeu. Xavi no protestó, al contrario. “Hemos hecho un mercado muy bueno, pero ahora nos toca demostrarlo”, dijo en septiembre de 2023. El problema fue que el Barcelona se desinfló en el campo, sin nada que celebrar desde que el PSG lo borró de la Champions, el Madrid de la Liga y el Athletic de la Copa del Rey.

Pero en el momento en el que el Barcelona ya no tenía nada por lo que pelear, Xavi pidió continuar. “Rectificar es de sabios”, argumentó. Tres meses antes, en enero, había dimitido en diferido. “Me iré a final de temporada. La sensación de ser entrenador del Barça es desagradable, es cruel, sientes que te faltan al respeto muchas veces, que no te valoran el trabajo. Esto es un desgaste terrible a nivel de salud mental, de estado de ánimo. Soy un tío positivo, pero la energía va bajando, no tiene sentido continuar”, había explicado en enero. Laporta y Deco aceptaron “su adiós” y su “me quedo”. Eso sí, el presidente le preguntó: “¿Confías en la plantilla?”. “Sí”, respondió Xavi en privado. Ya en público, el entrenador explicó: “Me veo con fuerzas y capacidad”.

Xavi pasó de confiar en la plantilla a pedir refuerzos. Y la dirección deportiva se molestó. No fueron los únicos. El mensaje más realista y sincero del entrenador del pasado miércoles irritó a la directiva. “El culé debe entender que la situación es muy complicada y que no tiene que ver con la de 25 años atrás. Ahora el entrenador no puede pedir ‘este, este y este. El objetivo es cambiar, si no nos quedaremos igual”, expuso el entrenador.

“Hay dos cuestiones”, explica uno de los máximos responsables del club; “hay una cuestión política, que es lo que pasó el miércoles cuando Xavi dio un mensaje opuesto al que le había dado al presidente; también hay una cuestión deportiva: el equipo no mejora”. Y es este punto en el que los directivos contrarios a la continuidad de Xavi le preguntaron a Laporta: “¿Este equipo será mejor la temporada que viene si Xavi continúa? Bueno, entonces no tiene sentido que siga”.

Un cambio de guion en el Barcelona, uno más, y ya nadie sabe qué va a pasar. El teléfono de Xavi todavía no ha sonado con la llamada del presidente. Por ahora. Ya calientan Rafa Márquez y Hansi Flick.

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