Instrucciones en inglés


Editorial

Instrucciones en inglés

El desafío nacional es grande y se deben rescatar pasos previos como el establecimiento de becas para el aprendizaje del inglés.

Al momento de buscar una plaza laboral, establecer un emprendimiento digital o ver oportunidades de inversión y negocio es ineludible abordar la aptitud de dominio del inglés para poder formular y recibir órdenes, pedidos, instrucciones, requerimientos, preguntas, respuestas y detalles de productos o servicios. El manejo fluido de dicho idioma, escrito y hablado, constituye un potencial de expansión en el aprendizaje, las relaciones y el comercio incluso a pequeña escala. Que durante demasiado tiempo se haya relegado su importancia en el proceso educativo, ya sea por miopía, costos o falta de docentes capacitados, es un error que se debe subsanar.

Para empezar, todo plantel privado que se anuncie como bilingüe debería contar con una certificación internacional que lo acredite. No solo es una obligación ética, sino también puede ser una fuente de prestigio. Por supuesto, eso implicaría mejorar la metodología de la enseñanza, contratar a maestros idóneos y evaluar a los estudiantes de forma exigente, no para atormentarlos, sino para darles un mejor futuro.

Lamentablemente, Guatemala está lejos de ello. En el sector laboral, que es donde el inglés puede procurar sustento para tantos jóvenes y familias, muchas plazas quedan vacías debido a que dicha materia se queda a un nivel básico incluso en grados de secundaria y diversificado. La realidad es aún más desoladora en el sector público. Sin embargo, para no caer en desesperanzas o en visiones utópicas es necesario empezar a actuar.

En países como Chile, Colombia, Perú y Costa Rica se implementaron estrategias nacionales en la enseñanza del inglés, como una ruta de construcción de competitividad y mejora de oportunidades. En abril último se le planteó una propuesta al Gobierno para trazar un plan para Guatemala. No solo se trata de abrir cursos gratuitos o a bajo costo, sino de encadenar esfuerzos y requerimientos en el currículo nacional base, trazar programas de cooperación educativa con Estados Unidos, modernizar las aulas, reconocer la importancia del docente profesional de inglés certificado e impulsar las inversiones en el sector de centros de contacto, entre varias medidas.

A menudo, la falta de oportunidades laborales y educativas conduce a adultos y jóvenes a migrar hacia EE. UU, con los peligros y adversidades que eso conlleva. Resulta llamativo descubrir que, ante las exigencias de aquel entorno, muchos de ellos logran un dominio del inglés en el lapso de un año, incluso partiendo de cero. Asisten a cursos, repasan en línea y logran lo que antes parecía imposible, aunque a un alto costo personal. También existen personas que se resisten, por barreras o temores, con lo cual se niegan la oportunidad de superación, pero ese ya es otro tema.

Más de 56 mil guatemaltecos ya trabajan gracias al dominio del inglés, pero existen miles de plazas sin ocupar y que se irán a otros países si no se cambia de rumbo. El desafío nacional es grande y se deben rescatar pasos previos como el establecimiento de becas para el aprendizaje del inglés. La visión debe transformarse desde los mismos planteles y en las familias: no se trata de perder identidad, sino de ganar herramientas y abrirse puertas; en un mundo interconectado ello debe verse como meta, no como utopía.



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