Migrantes reflexionan ante las barreras legales y físicas en la frontera en Estados Unidos


Ciudad Juárez. “Mientras no haya ningún antecedente (penal), se nos debería dar la oportunidad”, expresó Rolando Villán, un migrante ecuatoriano, en suelo mexicano a escasos 50 metros de Estados Unidos, al referirse a una nueva propuesta de normativa que acelera el rechazo del asilo a aquellos que representan un peligro para la seguridad estadounidense.

Al conocer la iniciativa impulsada desde este jueves por el Departamento de Seguridad Interior (DHS) de Estados Unidos, Villán aseguró que él no forma parte del grupo al que apunta la medida migratoria y que la considera comprensible.

“Ellos (el gobierno de Estados Unidos) lo hacen también por su seguridad, y como en todo país, hay que respetar las leyes que cada país tiene”, añadió este hombre de 49 años en Ciudad Juárez, estado mexicano de Chihuahua.

En la orilla mexicana de una parte seca del Río Bravo, que sirve como línea divisoria, y llevando a un cachorro protegido del sol por una diminuta cachucha, Villán relata que vivió hasta hace cuatro años en Miami, Florida, desempeñándose como chofer de tráilers.

“Mientras estaba agilizando mi situación migratoria, me pidieron que abandonara el país para esperar en mi país y mientras estuve allá (en Ecuador) nunca me dieron la cita para continuar mi trámite migratorio”, agregó tras cinco meses de travesía como migrante.

Considera genuina su solicitud de asilo “ahora que hay tantas bandas delictivas” y por el hecho de tener “cuatro hijos que nacieron en Estados Unidos”.

Con similar tranquilidad reaccionaron otros migrantes indocumentados ante el nuevo reglamento propuesto por la administración del presidente Joe Biden, que permite rechazar las solicitudes de asilo en cuestión de días si hay pruebas de que se les puede denegar por motivos de “terrorismo, seguridad nacional o penales”.

“No sé cuáles son esas políticas y si alguien debe algo, mi opinión es que lo pague”, comentó Ariel Doblado, originario de Honduras, donde trabajaba en una maquiladora de ropa hasta que el desempleo lo dejó en la calle, a merced de los grupos criminales.

A Doblado, de 21 años, y a Villán los separan de Estados Unidos tres barreras de alambre de púas instaladas por el gobierno de Texas y el muro fronterizo del gobierno federal de Estados Unidos.

“Te tienes que cruzar estas tres cuerdas de alambre, y tu sueño americano es cruzar y pues arriesgas tu vida, te cortas… que quiten eso y te permitan llegar hasta el muro, y ahí que te reciba la gente de migración pues para iniciar tu proceso” de asilo, explicó Doblado.

La propuesta de normativa del DHS pasará por un proceso de comentarios públicos y podría sufrir cambios antes de entrar en vigor.

En marzo, la patrulla fronteriza estadounidense interceptó 189,372 veces a migrantes y solicitantes de asilo, en su mayoría latinoamericanos, que cruzaron ilegalmente la frontera con México, según datos oficiales.

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